¡Estamos condenados joder!

No exagero. Solo hay que coger el periódico de cualquier día para leer las noticias que nos encontramos, siendo difícil diferenciar entre lo que leemos y una predicción apocalíptica tipo Nostradamus.
La hipoteca que pagáis o pagaréis, la escasez de petróleo, la subida de la luz y alimentos, la subida de los tipos de interés, la escasez de agua, el cambio climático, la inflación, los cada vez más aparatos cancerígenos, la inmigración descontrolada, la desertización, las guerras que están a punto de estallar, etc.

Pero… ¿y si echamos un vistazo a los periódicos de hace cuatro o cinco años?...Sorprendentemente, o tal vez no tanto, nos encontramos noticias muy similares y sin embargo parafraseando a Morpheo digo, queridos trovadores, “¡aun seguimos aquí!”.
Seguimos viviendo igual de bien que entonces, o incluso mejor. ¿Quién no recuerda “El mal de la vacas locas”? Así, tal cual como lo he escrito. “El mal de las vacas locas”. Seguro que para más de uno ha sonado en su cabeza con la típica voz de telediario. Ahora tenemos “La gripe aviar” y aquí estamos, a la espera de una pandemia mundial que seguramente nunca llegará, pero para cuando haya pasado “el peligro” ya tendremos algo similar rollo “Ardillas yonkis” para mantenernos en vilo….o entretenidos.

Hay muchos más ejemplos, que no necesariamente tienen que ver con la salud pública. Yo me quedo con uno en especial, porque me toca de cerca debido a mi profesión y porque además fue uno de los más sonados, es más, me apuesto el huevo que más me cuelga a que todos recordáis el temido……… (ruido de tambores) …….. ¡Efecto 2000! Aquella anunciada hecatombe tecnológica que finalmente quedo en nada dejando la misma sensación que se le queda a uno después de estar mirando fijamente consumirse la mecha de un petardo hasta que se pierde dentro del cilindro de pólvora sin consecuencia alguna. ¡Mierda joder! Que algunos ya estábamos esperando que el día 1 de Enero del 2000 nuestra tostadora nos dijera con la voz de Constantino Romero aquello de “Sayonara baby”.

Tampoco me malinterpretéis. Soy consciente de que, por ejemplo, han muerto personas debido a la gripe aviar, y entiendo, que la amenaza de una pandemia a nivel mundial existe, pero claro, deberíamos pensar cuales son las posibilidades de que esta se produzca y si es necesario alertar, o mejor dicho, acojonar a toda la población mundial. Si nos fijamos en ejemplos como los que he descrito, nos damos cuenta de que tal vez haya que ser un poco más cautelosos a la hora de predecir el fin del mundo.

Teoría de porque nos venden esta actualidad, hay muchas. Una de ellas podría ser el que las noticias catastrofistas venden más, y por ello, nuestros “maravillosos” medios de comunicación inflan las noticias para darlas más alcance mediático y con ello tener material fresco, abundante y con tirón de audiencia durante una buena temporada.
Otra teoría, esta vez más conspiparanóica sería que los gobiernos pretenden desviar la atención de la sociedad hacia estos temas, en lugar de centrarnos en otros que podrían comprometer sus intereses. Y si además de distraernos nos atemorizan agarrotando nuestra visión y expectativas, mucho mejor. Otra oveja sumisa más, que bastante tiene con llegar a fin de mes sin contraer alguna extraña enfermedad procedente del culo de un mono. Esto, aunque parezca una tontería, tiene al menos algo de sentido ya que una persona con miedos y temores, en definitiva, una persona inestable, es mucho más manipulable que una persona con confianza plena.
No sé si habréis visto la película documental Fahrenheit 911 de Michael More. En ella se habla sobre “la política del terror” que se aplica en EEUU, y de cómo, por medio del miedo, se consigue que una sociedad vote a favor de una guerra “preventiva” como la de Irak.

Sea cual fuere la causa de que constantemente nos auguren tan aciago destino, creo que es algo en lo que tendríamos que pensar antes de echarnos las manos a la cabeza cuando oigamos en las noticias que tres cisnes han muerto en un estanque de Inglaterra.

Salu2.Tr0Y