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21 febrero 2006

Ying y Yang

La vida es así, a veces toca una de cal, y otras una de arena. Esta simple e irrelevante teoría, se puede aplicar a muchos aspectos o áreas de lo cotidiano, como por ejemplo, ir al cine.


La semana pasada entré escéptico a ver la película "Sin control", con Clive Owen como protagonista, y Jennifer Aniston y Vincent Cassell de secundarios, destacando a este último actor francés que hemos podido ver en películas como "Los ríos de color púrpura", "El pacto de los lobos", o "Blueberry", que a cada película que veo de su filmografía, me parece mejor actor.
A parte de la (para mí) estupenda aportación de Vincent Cassell a la película y una digna actuación del resto de actores, está la que es una de las mejores tramas que he podido ver en el cine recientemente (con el permiso de Munich). Una historia atípica, con giros de argumento inesperados. La agonía, tensión y angustia que se siente durante la mayor parte de la reproducción del film no se puede describir con palabras. Poco a poco el espectador va viendo como de una situación mala se pasa a una peor a medida que se reproducen los acontecimientos, y de la peor a una crítica, entrando en una espiral de despropósitos, atrapando al espectador, haciéndole imaginarse mil y una posibles resoluciones, hasta que llega un final que no podría haberse esperado.
Esta es una de esas películas que cuando sales del cine experimentas varias reacciones, por una lado el regocijo al recordar el guión y escenas de la película cuando ya la has visto al completo, e ir atando todos los cabos sueltos que el director va dejando hasta llegar a la conclusión de la trama, para lograr el perfecto entendimiento de esta. Por otro la autoconfirmación de lo evidente..."ahhh, joder.....¡me encanta el cine!". Y por ultimo, la mas esencial de todas, la satisfacción de haber disfrutado de la película como un gorrino.


Ayer mismo, entré mucho más confiado a ver "Los tres entierros de Melquiades Estrada", con Tommy Lee Jones como actor protagonista además de ser director por segunda vez en su carrera, no con demasiada "fortuna" debo añadir. El secundario mas conocido es Barry Pepper, el carismático francotirador de la compañía comandada por el capitán John H.Miller, interpretado por Tom Hanks en "Salvar al soldado Ryan".
Esta película es el perfecto ejemplo de como desaprovechar un buen guión, que a excepción de algunos momentos de la película, y tras escarbar en entre un motón de horrorosas escenas, es lo único que podría quedar. Da la sensación de que un director mas experimentado podría haber filmado una película de bandera, pero que por una mala presentación se ha quedado en agua de borrajas. Una buena historia mal contada. En la película se suceden un motón de actos que dejan al espectador totalmente descolocado, con un sabor entre lo dulce y lo salado, entre la sonrisa y la pena, sin saber muy bien por cual de ellas debería inclinarse, dejando clara la mala ejecución de la escena, ya que no se consigue enternecer al espectador debido a lo ridículo de las situaciones presentadas, pero tampoco se consigue levantar ni una sonrisa por la ausencia total de gracia, posiblemente debido también a lo, repito, ridículo de algunas situaciones y sobre todo acciones del protagonista. Una película que pretende, pero que por ejecución, no llega. Desconozco si existe un libro con el mismo guión, pero si lo hay, posiblemente sea una buena lectura.


Supongo que para poder disfrutar de la buena, es necesario que exista la mala, ya que si todas fueran buenas no podríamos afirmar si realmente son buenas o son malas, debido a que no tendríamos con que compararlas. Por la primera merece la pena pagar el doble de lo que vale la entrada, y la segunda es la compensación a tal efecto, manteniendo así el equilibrio natural de las cosas, y el universo permanezca así inalterado. El Ying y el Yang.

Salu2.Tr0Y

PD: No me hagáis mucho caso, estoy hasta arriba de trabajo y no coordino normalmente.