......reflexiones y desvaríos de un desarrollador de software..........

15 marzo 2007

Plástico

Es inevitable, esta ahí, como el aire contaminado que respiramos. Es inevitable tragárselo a menos que decidas marcharte y vivir en una cueva en las montañas, sin televisión, sin radio, sin ordenadores….vivir en una burbuja.

Enciendo la televisión. Veo jóvenes muy monos, cantando y bailando muy bien. Un público entregado. Adolescentes con nombres pintados en la cara. Nombres de personas que hasta hace dos días no conocían y que posiblemente jamás conocerán personalmente, jurando amor eterno, admiración indefinida. Mintiendo, como mintieron a la persona que responde al nombre, que las mismas adolescentes trazaban en su frente, meses atrás.
Un presentador, emocionado, llorando, muchos abrazos, buen rollo, mas mentiras.
¿El chico cantante? Los quiere, los quiere a todos. Les dedica todas las palabras bonitas que se le pasan por la cabeza. Exagera. Personas que no conoce, personas que le están mintiendo. Me pregunto qué podrá decir a esa persona que de verdad le quiera y demuestre su cariño a lo largo de sus días. Ya no habrá palabras que salgan de su boca lo bastante buenas, las habrá gastado casi todas, y las que le queden, estrán caducadas. Enciendo la televisión y veo Plástico.

Pongo la radio. Escucho más gente cantando. Cantando temas no compuestos por ellos, poniéndole sentimiento, eso sí, mucho sentimiento, mintiendo. Y los que las componen, reconocen abiertamente componer primeramente la música, para después ir creando una letra que entone con ella. Esta letra, creada al capricho de las notas carentes de sentimiento alguno, creada sin razón ni intención, habla de amor, de sentimientos casi imposibles, mienten. Pongo la radio y escucho Plástico.

Enciendo mi PC. Abro mi correo, y encuentro varias presentaciones. En ellas se ven ositos de peluche, niños sonrientes, y flores, y todas ellas me dicen lo mucho que alguien me quiere, además de darme valiosísimos consejos sobre la vida, escritos por otra persona que no es quien mandó el email. Alguien que demuestra su cariño clickando el botón reenviar de su aplicación de correo y hace un segundo click para incluir mi email en una enorme lista de contactos. Personas a la que hace ya años que no veo, porque cuando se presenta la oportunidad de vernos, nunca aparecen. Los ositos también mienten, en nombre de quien lo envía. Enciendo mi PC y leo plástico.

Lo peor de todo no es el sabor amargo de un sentimiento de plástico hueco por dentro. Lo peor sin duda es el miedo. Miedo a dejar pasar inadvertida, oculta entre tanto plástico, una intención real de afecto.

Salu2.Tr0Y